BACK

¿Pueden tratarse las enfermedades mentales con alucinógenos?


Descubra la historia y las últimas investigaciones sobre el uso de psicodélicos para tratar afecciones de salud mental, además de lo que sigue.

Los alucinógenos como tratamiento para las enfermedades mentales

Los alucinógenos han sido un tema de interés en el campo de la psiquiatría desde principios del siglo XX. Se comenzó explorando la posibilidad de que alucinógenos conocidos, como la mescalina o el peyote, pudieran producir efectos similares a la psicosis. Con el tiempo, los científicos empezaron a preguntarse si los alucinógenos podrían ayudarles a entender el origen subyacente de los trastornos psiquiátricos. En 1943 se descubrió el LSD y evolucionó el interés por los alucinógenos como tratamiento.

El LSD fue un descubrimiento transformador, y para 1951, se habían publicado en revistas médicas más de 100 artículos sobre esta sustancia. Diez años después, el número aumentó a más de 1000. Sin embargo, en un esfuerzo por luchar contra la criminalidad, en 1968, el Presidente Johnson firmó un proyecto de ley que ilegalizaba la posesión o venta de «drogas nocivas» como el LSD.

A día de hoy, el LSD no es el único alucinógeno que se está considerando como tratamiento para las enfermedades mentales. Además, muchos creen que los alucinógenos deberían despenalizarse o incluso legalizarse. En la actualidad, Oregón es el único estado de los EE. UU. Que ha despenalizado la posesión de pequeñas cantidades de LSD.

Más allá del LSD

A pesar de la prohibición del LSD en casi todo el país, las investigaciones sobre el posible uso de alucinógenos como tratamiento para modificar la conciencia en una persona prosiguen hoy en día. Uno de los ingredientes más estudiados es la psilocibina, un componente natural que se encuentra en las denominadas «setas mágicas». La psilocibina es conocida por sus efectos alucinógenos, y también por su capacidad para alterar la percepción del tiempo y el espacio de una persona, o provocar cambios extremos en el estado de ánimo.

Un estudio de John Hopkins de 2022, centrado en una clase farmacológica de compuestos que incluyen la psilocibina, mostró que podrían ofrecer un enfoque terapéutico prometedor. En general, la psilocibina, cuando se utiliza en un entorno controlado, ha mostrado indicios prometedores para el tratamiento de diversos trastornos mentales y adicciones.

Para su estudio, los investigadores se centraron en personas con antecedentes de depresión. La mayoría de los participantes también habían tomado antidepresivos. Tras dos tratamientos de psilocibina con un intervalo de aproximadamente dos semanas y un año de seguimiento, los investigadores comunicaron que todos los pacientes habían experimentado una disminución notable de los síntomas de la depresión a lo largo del año. Se abría así la posibilidad de reducir o eliminar la medicación diaria para el tratamiento de la depresión, sustituyéndola por uno o dos tratamientos de psilocibina al año.

Alucinógenos para tratar a pacientes con cáncer

Dado que los alucinógenos han tratado de manera satisfactoria a pacientes con tendencia a padecer enfermedades mentales, los investigadores oncológicos se preguntaron si también podrían tratar incidentes aislados de salud mental, como los que pueden ocurrir al diagnosticar un cáncer.

En 2016, los investigadores del NYU Grossman School of Medicine anunciaron que un tratamiento puntual de una sola dosis de psilocibina, combinado con psicoterapia, parecía proporcionar «mejoras significativas en el malestar emocional y existencial de las personas con cáncer». Además, los efectos de ese tratamiento puntual se mantuvieron cuando se hizo un seguimiento a los 6,5 meses.

En 2022, anunciaron los resultados de su seguimiento a largo plazo de algunos de esos mismos pacientes. Hicieron un seguimiento tanto a los 3 como a los 4,5 años después del tratamiento único. El seguimiento incluía examinar los síntomas de ansiedad, depresión, desesperanza, desmoralización y ansiedad ante la perspectiva de la muerte del paciente. A los 4,5 años, los participantes afirmaron que seguían percibiendo una menor sensación de ansiedad, depresión, desesperanza, desmoralización y ansiedad por la muerte. Además, en aproximadamente el 60 al 80 % de los participantes, se cumplieron los criterios para responder de forma positiva a la medicación antidepresiva o ansiolítica.

Asimismo, entre el 71 y el 100 % de los pacientes señalaron que el tratamiento con psilocibina había aportado un cambio positivo en sus vidas. Comunicaron que había sido una de las «experiencias más significativas a nivel personal y espiritual en sus vidas».

¿Qué es lo siguiente?

La investigación sigue ofreciendo resultados prometedores para los alucinógenos como tratamiento de los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad en todo el mundo. De hecho, el «narcoturismo» y los retiros psicodélicos siguen aumentando a medida que los viajeros se dirigen a lugares donde los alucinógenos no son ilegales para tratar una serie de síntomas. Estos retiros son cada vez más comunes en Jamaica, Canadá y Países Bajos.

Sin embargo, los expertos advierten que los alucinógenos deben ser administrados por profesionales de la medicina, preferiblemente en un entorno de ensayo clínico. Además, dado que el consumo de estas drogas puede provocar problemas de salud mental a largo plazo, incluida la psicosis, muchos creen que sigue siendo necesaria la regulación y la supervisión.

No todo el mundo está de acuerdo con la idea de utilizar alucinógenos para tratar las enfermedades mentales. Muchos investigadores creen que hay que avanzar más antes de que los alucinógenos se receten de forma generalizada a los pacientes. Les gustaría saber más sobre cómo funcionan e interactúan con otros medicamentos, y por qué algunos funcionan bien para ciertos pacientes y otros no. Los investigadores creen que, cuando llegue el momento, los médicos tendrán que adaptar todos los tratamientos con alucinógenos en función del paciente, al igual que ocurre con las intervenciones farmacéuticas actuales.

Mientras tanto, los investigadores siguen llevando a cabo ensayos más precisos y planteando diferentes combinaciones de tratamientos con alucinógenos. Se espera que estos estudios ayuden a determinar mejor los beneficios y los riesgos de los tratamientos con alucinógenos para una serie de síntomas y afecciones simultáneas. Y, una vez que demuestren su eficacia, la educación será clave para disminuir el estigma y convencer a los profesionales de que utilicen los alucinógenos autorizados como tratamiento para las enfermedades mentales.

Add new comment

The comment language code.